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Proceso de duelo en familiares y cuidadores - Coggle Diagram
Proceso de duelo en familiares y cuidadores
Duelo
se define
Reacción psicológica que se produce ante la pérdida de alguien o algo significativo para nosotros
hace referencia
Reacción que se produce
ante la enfermedad terminal y la muerte
Reacción psicológica natural, normal y esperable, de adaptación a la pérdida de un ser querido que sufren familiares y amigos y que puede manifestarse antes,
durante y después de su fallecimiento
otras manifestaciones
Separación o divorcio, un traslado de residencia donde dejamos atrás amigos y relaciones e incluso la pérdida de empleo
manifestaciones en cuanto al duelo
Nivel emocional: tristeza, melancolía, rabia, culpa, etc.
Nivel cognitivo: falta de concentración, preocupación, pensamientos recurrentes,
etc.
Nivel conductual: aislamiento, llanto, desinterés por las actividades cotidianas, etc.
Nivel físico: cansancio, falta de energía, dolores musculares, etc.
Nivel social: dificultad para retomar las relaciones sociales.
Nivel espiritual: cuestionamiento existencial y de valores.
aclaraciones importantes
El duelo no es una enfermedad
, no se cura, ya que es un proceso normal de adaptación a una nueva realidad.
Es un proceso único e intransferible
. Cada persona vive el dolor a su manera, no hay dos duelos iguales.
Tiene una cronología indeterminada
, no podemos establecer exactamente cuándo empieza ni cuándo termina, incluso puede durar toda la vida.
Está condicionado por el entorno sociocultural
, ya que este a su vez ayuda a enfrentar la pérdida.
Etapas del duelo
Fases diferenciadas
Fase de evitación-negación
Intensa añoranza al fallecido, dura entre 3 a 4 semanas. Se presenta episodios de llanto, ansiedad, tensión ,rabia y culpa.
Conducto de búsqueda, existe una gran preocupación por la figura perdida y una necesidad de buscar y encontrar.
Fase de desesperación-entrega al dolor
Mediante la reincorporación a las actividades habituales, empezamos a ser conscientes de la magnitud de la pérdida. Puede durar de 4 a 5 meses.
Fase de shock
Inicia en el momento del fallecimiento o diagnóstico, las conmoción en incredulidad son características, dura desde unas pocas horas hasta días, es importante la compañía.
Se observa una gran desorganización en los hábitos de alimenticios y sueño, dificulta la toma de decisiones y responsabilidades
Fase de reorganización-recuperación
A medida que el tiempo pasa, el doliente empieza a mirar hacia el futuro y a reconstruir su mundo, recuperando poco a poco la esperanza. Se da al segundo año de la pérdida
Tareas básicas
Trabajar las emociones y el dolor, permitiéndonos mostrar las emociones sin negar el sufrimiento que supone la pérdida
Recolocar emocionalmente al ser querido muerto, teniendo claro que la tarea no consiste en olvidarlo, sino en encontrarle un lugar en nuestra vida psicológica que nos permita continuar viviendo eficazmente
Aceptar la realidad de la pérdida asumiendo que la marcha es irreversible
Algunas personas evitan al realidad guardando las posesiones del fallecido, lo cual se conoce como casa museo.
Adaptarse a un medio en el que el fallecido ya no está presente, desarrollando nuevas habilidades y dando sentido a la propia vida
Duelo y demencia
Factores de riesgo
1. Personales
En este apartado podemos englobar todos los
factores que tienen que ver con las características de personalidad del doliente, su ajuste y estrategias de afrontamiento
2. Situacionales
Aluden a las condiciones en que se produce la pérdida, si se produce de forma repentina, después de una larga enfermedad, etc.
3. Interpersonales
Hacen referencia al tipo de relación que
manteníamos con el enfermo, ambivalente, de dependencia, etc.
Puntos a considerar
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Institucionalización
En los casos donde se decide delegar los cuidados a una residencia, la tarea de duelo puede verse favorecida u obstaculizada
Los cuidadores que están casados con el familiar al que atendían o que tienen una relación más estrecha son quienes peor responden al cambio que supone la institucionalización
El sistema organizativo asistencial debiera considerar las situaciones de riesgo que
puedan dificultar la adaptación a la pérdida y señalar que estos familiares pueden ser perdidos por el contrato asistencial.
Se incrementan los sentimientos de culpa y son los familiares con mayor sobrecarga antes del fallecimiento del ser querido quienes experimentan mayores problemas
emocionales tras su pérdida
¿Qué ocurre en los procesos de demencia en relación con el duelo?
Proceso de demencia
La relación con el familiar afectado cambia durante el transcurso de la enfermedad y, por tanto, podríamos decir que nos enfrentamos a una ‘‘pérdida relacional’’, que puede ser tan dolorosa como la propia muerte
Entre esas pérdidas se encuentra la falta de reciprocidad debida al deterioro cognitivo y funcional.
Importancia de los síntomas no
cognitivos y conductuales derivados, que serán factores disruptivos de la propia relación.
Llegada la demencia avanzada se inicia un proceso de culminación de una pérdida relacional más drástica en términos psicológicos
Durante esta fase aparecerá la consciencia
de pérdida que supone la parte más dolorosa del proceso de duelo
Cuidadores profesionales
Son escasos los estudios sobre el impacto emocional de la experiencia de pérdida, duelo y muerte en profesionales cuidadores de personas mayores con demencia.
Los pocos estudios están referidos a contextos geriátricos, el cáncer en particular, pero es de destacar que se centran en la importancia del dolor emocional vivido por éstos
La construcción de relaciones significativas con los residentes y el crecimiento personal que posibilitan las experiencias de cuidado y acompañamiento cuando se realizan en condiciones adecuadas y con recursos, versus el quemado emocional
Es importante tener en cuenta recursos para la expresión de sentimientos y emociones que faciliten la recogida del dolor por la pérdida de enfermos relacional y afectivamente significativos
Existen casos en que los cuidadores profesionales obtienen un vínculo significativo y no son avisados del fallecimiento o no pueden asistir al funeral y, lo que subyace en estas situaciones,
es una falta de reconocimiento de la propia relación que afecta a los propios cuidadores profesionales y a su proceso de duelo.
¿Cómo podemos acompañar, cuidar y orientar a los cuidadores?
Nuestra tarea con los familiares y cuidadores de enfermos con demencia avanzada tiene que ver con activar la función de contacto con el dolor que supone la pérdida relacional
de su familiar mediante la expresión de las emociones y sentimientos.
Acompañar a los cuidadores
supone valorar hacia dónde se inclina la balanza y facilitar recursos que la equilibren, es decir, si la balanza se inclina hacia
las tareas de reconstrucción y reorganización, se favorecerá la expresión emocional y viceversa
Si la función está inclinada hacia las tareas de reconstrucción y existe poca o nula expresión emocional, se puede favorecer la toma de contacto de manera progresiva y respetando el ritmo del doliente mediante la satisfacción de las necesidades relacionales no satisfechas durante el proceso de pérdida.
Los dispositivos asistenciales para el abordaje del duelo en la demencia avanzada precisan de una adecuada capacitación y disponibilidad
El acompañamiento individual y mediante grupos de apoyo para cuidadores y familiares en los procesos no complicados y la psicoterapia individual y grupos terapéuticos, es de gran ayuda.
Consideraciones sobre el duelo en personas mayores y con deterioro cognitivo moderado y grave
Frecuentemente nos encontramos con situaciones donde el mayor con deterioro cognitivo sufre una pérdida significativa
Puede ser la del cuidador principal, la del cónyuge que convive con el enfermo en la residencia, la de un hijo o nieto con quien mantiene un vínculo especial, etc
Es habitual no comunicárselo al enfermo, ya que socialmente y de manera paradójica, se considera que las personas mayores y los discapacitados en general no tienen recursos para afrontar la pérdida
Por lo tanto, exponerlos
personal y socialmente a ésta sería un riesgo innecesario que complicaría su situación ya de por sí complicada y desfavorecida
Nos enfrentamos a la génesis de duelos invisiblemente complicados y de difícil diagnóstico por la situación previa de enfermedad y pluripatología
Muy frecuente en los pacientes geriátricos
afectados de diverso tipo de deterioro cognitivo.
El duelo enmascarado complica la situación mental y física del enfermo
Achacando los síntomas al proceso de demencia y a otras causas
como la mala adaptación al centro, lo que complicará a su vez todo
Es importante acoger y apoyar el dolor de la familia y ayudarlos a acompañar al enfermo doliente y discapacitado a realizar el proceso de duelo con los recursos emocionales y sociales disponibles