El Imperio bizantino se consideraba el sucesor del Imperio romano, por ello mantuvo elementos culturales latinos. Como se asentaba en la zona oriental, tuvo también una fuerte influencia de la cultura griega-helenística. Por ello, el latín fue progresivamente sustituido por el griego como lengua oficial del Imperio. Ahora bien, la ideología que más importancia tuvo, tanto en la cultura como en la sociedad de Bizancio, fue el cristianismo.
Arte
Mosaicos
Las paredes y los techos de las construcciones bizantinas se decoran con mosaicos. Estos se construían con pequeñas piedras, llamadas teselas.
La temática es religiosa, aunque también puede aparecer la política si se refleja al emperador realizando ofrendas.
Los rostros siempre aparecen representados de frente y en actitud hierática, es decir, sin manifestar sentimientos.
Son polícromos, esto es, de varios colores. En ellos destacan los fondos dorados.
La representación es bidimensional, ya que no hay profundidad en la escena. Así, las figuras se ajustan al espacio y el fondo se completa con inscripciones y elementos arquitectónicos.
Pinturas
La temática de las pinturas es religiosa principalmente. Se realizaban frescos en paredes y techos, aunque se conservan muy pocos. La mayoría de las pinturas se elaboraban sobre tabla. En ellas, se representaban imágenes religiosas.
Arquitectura
Las principales características de la arquitectura bizantina se pueden apreciar en su construcción más importante: la iglesia de Santa Sofía, ubicada en Constantinopla.
El interior del edificio se organiza en tres naves: una central y dos laterales. El interior se decora con mármol en las columnas y con vistosos mosaicos.
La iglesia
La Iglesia cristiana alcanzó gran influencia en el Imperio bizantino. Su máximo representante, el patriarca de Constantinopla, era elegido por el emperador, lo que provocaba tensiones con el máximo representante de la Iglesia occidental, que era el papa de Roma.