Todo lo que Estanislao Zuleta sustentó y argumentó fue completamente novedoso para mí. Corrió la cortina, abrió la ventana y me encontré frente a un espejo. Un espejo en el que descubrí la verdad de una realidad en la que he estado viviendo toda mi vida, pero parece tan ajena. Es muy interesante ver la raíz de esta manera de comportarse, la raíz por la cual nos dicen que en las vacaciones deberíamos hacer nada, que aburrirse es bueno; y luego nos dicen que el objetivo de la vida es terminar estando en unas vacaciones infinitas. O porqué nos aferramos a una religión, creemos en ella, vivimos y morimos por y gracias a ella. Porque siendo libres tenemos la necesidad de buscar un amo, y luego siendo esclavo es muy fácil quedarse con los ojos tapados, los brazos y piernas amarrados en una esquina. Aún así, en este mundo lleno de esclavos y amos imaginarios, llegó a la misma conclusión de Estanislao Zuleta, hay individuos que viven libremente esparciendo sus conocimientos, ya sea en cantos, libros, poemas, o gritando. Al final, sí hay esperanza.