La ingeniería de software orientada a la reutilización tiene la clara ventaja de reducir
la cantidad de software a desarrollar y, por lo tanto, la de disminuir costos y riesgos;
por lo general, también conduce a entregas más rápidas del software. Sin embargo, son
inevitables los compromisos de requerimientos y esto conduciría hacia un sistema que no
cubra las necesidades reales de los usuarios. Más aún, se pierde algo de control sobre la
evolución del sistema, conforme las nuevas versiones de los componentes reutilizables
no estén bajo el control de la organización que los usa.