Pero la noción de subhumanidad, de lo que significa ser subhumano y, respecto a esto, lo que queremos decir con la palabra ―humano‖; lo que es la naturaleza humana, lo que constituye un ser humano; lo que es ser inferior y superior y, claro está, lo que se colige de todo esto, lo que justifica torturar o matar al ―inferior‖, son, todas ellas, casos filosóficos; no empíricos. Quienes se quejan de que son triviales, con un mero examen del lenguaje y de los usos lingüísticos, han de meditar en que las vidas de las personas dependieron, y aún dependen, de ellas.