CONCLUSIONES:
El tratamiento psicológico en enfermedades crónicas es necesario en la medida que el diagnóstico y manejo de la enfermedad pueden producir una importante interferencia en la vida de la persona que lo padece y en los familiares. El tratamiento psicológico es importante en el momento del diagnóstico, por el impacto emocional que supone, y convivir con la enfermedad, por las consecuencias a nivel psicológico que pueden darse.
Es importante mencionar que una mala adherencia al tratamiento se relaciona con una menor eficacia, mayor número de recaídas, progresión y complicaciones de la enfermedad, así como un aumento del coste para el sistema sanitario.