Después que Jesús fuera bautizado por Juan en el río
Jordán, se retiró al desierto durante cuarenta días
para dedicar tiempo a la oración y a la reflexión. Allí,
fue tentado por el demonio, que le ofreció riqueza,fama y poder. Pero Jesús dijo que no; las rechazó, Él
no había venido a la tierra para ser servido, sino para servir a los demás, especialmente a los más necesitados y darles su amor y la salvación.