Los flujos piroclásticos constan de dos partes; un componente inferior, más denso, constituido por ceniza, fragmentos de roca y bloques de escoria, que se desplaza por el fondo de los valles y quebradas; y, un componente superior, mucho menos denso pero más voluminoso, constituido mayormente por ceniza volcánica y gases calientes, que se desplaza por sobre el componente inferior, pudiendo salir de los valles y sobrepasar relieves importantes