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UC 2.1. TRASTORNO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE (TDL) - Coggle Diagram
UC 2.1. TRASTORNO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE (TDL)
TRASTORNO DEL LENGUAJE (CONCEPTO)
TRASTORNO ESPECÍFICO DE LENGUAJE (TEL)
El lenguaje:
es una de las principales habilidades humanas en las que se puede mostrar dificultades severas a lo largo de la infancia.
El trastorno que afecta al desarrollo del lenguaje oral en la infancia ha recibido muchos nombres a lo largo de la historia.
En el ámbito hispanohablante la etiqueta diagnóstica está en periodo de debate, ya que el término TEL ha contado con un uso amplio y generalizado en los últimos 15-20 años.
El TEL:
Es un trastorno del neurodesarrollo y compromete a la expresión y/o la comprensión del lenguaje oral.
Se caracteriza por
dificultades con la adquisición y curso del desarrollo del lenguaje que no son causadas por ningún déficit conocido de tipo neurológico (daño cerebral), sensorial, intelectual o emocional que pueda afectar al desarrollo del vocabulario, la sintaxis o las habilidades discursivas.
Los niños con TEL
suelen ser inteligentes y sanos, pero presentan dificultades en el lenguaje. Suelen empezar a hablar tarde y puede que niños a los 3 o 4 años tengan un vocabulario muy limitado y solo construyan frases muy cortas.
Prevalencia:
se estima entre el 6-7%, pero en España todavía no se dispone de datos precisos (debido a la inexistencia de una campaña de detección).
Controversia en cuanto al término trastorno específico del lenguaje.
La especificidad
del trastorno ha sido criticada desde diferentes posiciones teóricas (En España todavía no hay un consenso de cómo nombrar a este trastorno.)
Por especificidad
se entiende que el trastorno afecta al lenguaje y sólo al lenguaje, cuando en la actualidad se dispone de evidencias que hablan de problemas en otros dominios de tipo perceptivo, motor, cognitivo y/o conductual.
El TEL no es específico ni es un síndrome unitario, sino que agrupa diferentes tipos de alteraciones en diferentes mecanismos del sistema lingüístico. (Por ese motivo se critica tanto).
Se debería hablar de
“los TEL”
para hacer referencia a una serie de trastornos del desarrollo que implican algún tipo de alteración lingüística.
Las siglas TEL
hacen referencia a la traducción al español de Specific Language Impairment (SLI), pero el término impairment se debería traducir por limitación, alteración, dificultad… más que trastorno (disorder en inglés).
GRAN DEBATE SOBRE LA TERMINOLOGÍA A UTILIZAR
En la Logopedia actual, desde el ámbito clínico e investigador,
existe un gran debate sobre:
La variabilidad de los criterios diagnósticos.
Contribuye a:
Pérdida de equidad en el acceso a los servicios.
(Hay veces que se pone un diagnóstico inadecuado o más severo para que el niño sea atendido por los servicios de la administración pública.)
Limitado reconocimiento y comprensión de los problemas del lenguaje.
La terminología usada para hacer referencia a los trastornos del lenguaje (TEL)
El TEL ha recibido diferentes nombres a lo largo de la historia desde 1822
, cuando Franz Gall describió a los niños con problemas específicos con el lenguaje en ausencia de otras alteraciones que explicaran el problema (1835).
También se han utilizado términos como afasia congénita, afasia del desarrollo, audiomudez o disfasia… hasta que
Leonard (1981)
acuñara el concepto Specific Language Impairment (SLI) traducido al español como
trastorno específico del lenguaje (TEL).
La gran dispersión terminológica del TEL (Bishop, 2014).
Nombre:
Necesidad
Dificultad
Problema
Discapacidad
Invalidez
Trastorno
Desorden
Retraso
Adjetivo / modificador:
Específico primario del desarrollo (sin prefijo)
Descriptor:
Lenguaje
Habla y lenguaje
Habla / lenguaje
Aprendizaje del lenguaje
Habla, lenguaje y comunicación.
Comunicación.
PPT 13:
La clasificación del TEL más conocida y difundida fue la de Rapin y Allen (1983).
Establecieron 6 subtipos de TEL, los cuales reagruparon después en 3:
Trastornos expresivos:
Dispraxia verbal:
Afectación de la fluidez del habla
Dificultades motoras y aspectos organizativos alterados.
Comprensión próxima a la normalidad
Déficit de programación fonológica (es un TSH):
Habla fluida pero incomprensible.
Comprensión próxima a la normalidad.
Trastornos expresivos y receptivos:
Agnosia auditivo-verbal:
Comprensión afectada
Expresión limitada
Fluidez verbal perturbada
Déficit fonológico-sintáctico:
Comprensión alterada
Expresión limitada
Sintaxis deficiente
Agramatismo
Trastorno de procesamiento de orden superior:
Déficit léxico-sintáctico:
dificultad
en el hallazgo de palabras.
Déficit semántico-pragmático:
limitan las destrezas
conversacionales.
Conti-Ramsden, Crutchley y Botting (1997) y Conti-Ramsden y Bottin (1999) ratificaron cinco de los subtipos establecidos por Rapin y Allen, excepto “agnosia auditivo-verbal” ya que lo consideraban “normal”.
En la concepción actual de TEL algunos de los tipos de Rapin y Allen se excluyen del ámbito del trastorno:
Dispraxia verbal:
trastorno que afecta a las neuronas motoras y que puede estar presente o no en los niños con TEL.
Déficit de programación fonológica:
tiene su propia caracterización como trastorno fonológico o trastorno de los sonidos del habla.
Agnosia auditivo-verbal:
no se contempla en los trastornos del neurodesarrollo y se incluye casi exclusivamente en el síndrome de Landau-Kleffner.
Déficit semántico-pragmático:
en el DSM V aparece como trastorno de la comunicación social.
Esta dispersión terminológica se ha dado por la
disparidad que tradicionalmente han mostrado los dos manuales sobre diagnóstico más relevantes:
Ámbito de la medicina:
Clasificación Internacional de las Enfermedades
(CIE)
CIE-10 (OMS, 1992):
Dentro de los trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje recogían las siguientes manifestaciones propias del TEL:
Trastorno de la comprensión del lenguaje.
Trastorno de la expresión del lenguaje
CIE-11 (OMS, 2019):
Opta por el término trastorno del desarrollo del
lenguaje, distinguiendo
3 subtipos:
Trastorno del desarrollo del lenguaje con afectación
en el lenguaje receptivo y expresivo.
Trastorno del desarrollo del lenguaje con afectación
principalmente en el lenguaje expresivo.
Trastorno del desarrollo del lenguaje con afectación
principalmente en la pragmática.
Ámbito psicológico:
Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM)
DSM-IV-TR
(American Psychiatric Association [APA], 2000):
No recogía una categoría diagnóstica para el TEL
Dentro de los Trastornos de la comunicación en la
infancia o la adolescencia se incluían:
Trastorno del lenguaje receptivo
Trastorno del lenguaje expresivo
Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo
DSM-V
(APA, 2013):
Se opta por el diagnóstico de trastorno del lenguaje para niños con un vocabulario más reducido, estructuras de frase limitadas y dificultades en el discurso.
Cuando la afectación se da en el ámbito de la
pragmática, proponen una nueva categoría diagnóstica:
El trastorno de la comunicación social (o pragmático). Se le considera un trastorno independiente y diferente del TEL.
(En el DSM V el trastorno de la comunicación social o pragmática no es TEL.)
En las versiones más recientes de ambos manuales (DSM-V y CIE-11), no presentan la misma nomenclatura ni los mismos subtipos.
CIE-11:
opta por el término trastorno del desarrollo del lenguaje:
Recoge 3 subtipos.
DSM-V:
opta por el término trastorno del lenguaje:
No distingue subtipos pero incluye una categoría diagnóstica (trastorno de la comunicación social, que se corresponde con el subtipo trastorno del desarrollo del lenguaje con afectación principalmente en la pragmática del CIE-11.
La falta de reconocimiento del TEL ha hecho que se le haya caracterizado como un trastorno invisible (Bishop, 2014) siendo más prevalente que el TEA o el TDAH (estos últimos son más conocidos por la sociedad).
En 2012, Dorothy Bishop y colaboradores, impulsaron una campaña de sensibilización (The RALLI Internet Compaign) para aumentar la visibilidad y el conocimiento del TEL.
En 2014, se desarrolló un número especial en la revista International Journal of Language & Communication Disorders (IJLCD) donde se debatía sobre el criterio diagnóstico y terminología del TEL por parte de Bishop (2014) y Reilly et al. (2014).
Bishop,
en las conclusiones, abogó por adoptar una terminología y unos criterios diagnósticos acordados y comunes por y para todos.
Reilly et al.
Consideraron que no había evidencia para respaldar el uso continuado del término TEL y había una evidencia limitada sobre si había aportado beneficios reales a los niños y a sus familias debido a los criterios restrictivos de exclusión usados para determinar el acceso a los servicios de logopedia.
Las autoras propusieron
la eliminación de la palabra “específico”
para que se usara la etiqueta trastorno del lenguaje.
Además,
propusieron que los criterios de exclusión se flexibilizaran y se adoptaran criterios inclusivos
que tuvieran en cuenta la naturaleza fluida del desarrollo del lenguaje, sobre todo en el período preescolar.
Este número especial abrió el debate terminológico de manera crucial
y ese debate continuó y se desarrollaron ejercicios de consenso (para obtener el máximo respaldo de diferentes profesionales, académicos y familiares) a través de
dos estudios basados en el método Delphi
, uno dedicado a los criterios diagnósticos del TEL y otro a la terminología.
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NUEVA TERMINOLOGÍA
EL TRASTORNO DEL LENGUAJE Y EL TRASTORNO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE
Se distingue entre trastorno del lenguaje (TL) y trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL):
Trastorno del lenguaje (TL):
Hace referencia a aquellos niños que presentan dificultades severas y persistentes en el desarrollo del lenguaje que afectan al desarrollo social o escolar en su vida diaria.
Hay niños con TL en los que
la afectación del lenguaje oral ocurre como consecuencia de una causa biomédica
y puede que la intervención vaya más allá de las dificultades del lenguaje.
Por ejemplo,
niños con Síndrome de Down, daño cerebral o SAF (síndrome de alcohólico fetal) que sí tienen una causa biomédica previa que causa dificultad en el lenguaje.
En estos casos,
CATALISE propone diagnosticar a estos niños, respecto a su afectación del lenguaje como “trastorno del lenguaje asociado a…”
e indicar la condición médica que presentan conjuntamente al trastorno del lenguaje, como por ejemplo:
Daño cerebral
Trastornos neurodegenerativos
Parálisis cerebral
Hipoacusia neurosensorial
Síndromes genéticos
Autismo
Discapacidad intelectual
PPT 27:
Por otra parte, CATALISE recomienda utilizar el término:
Trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL)/Developmental Language Disorder (DLD):
Para designar a aquellos otros niños que la afectación grave en el lenguaje oral ocurra
sin que haya un trastorno asociado ni una explicación clara que lo justifique
, sustituyendo a la terminología anteriormente utilizada (TEL).
El Trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL)
se define como un trastorno severo y persistente en la adquisición y el desarrollo del lenguaje oral, que
no está asociado a una condición médica
, que puede involucrar a uno o varios componentes del lenguaje en diferente grado, tanto a nivel expresivo como a nivel receptivo y que afecta al desarrollo social y/o escolar (Bishop, 2016).
Áreas de afectación de las etiquetas diagnósticas según el consorcio CATALISE en relación con las necesidades del habla, el lenguaje y la comunicación (Traducido de Bishop et al., 2017).
PPT 29:
El TDL es un trastorno heterogéneo y pueden presentar gran variedad de dificultades, afectando a una o diversas áreas:
fonología, sintaxis, morfología, semántica, acceso al léxico, pragmática, discurso…
Cuando la afectación se encuentra únicamente en la fonología, el diagnóstico no debe ser TDL sino,
trastorno de los sonidos del habla (TSH).
FACTORES DE RIESGO DEL TDL
Existen factores de riesgo ambientales y biológicos asociados a una mayor probabilidad en la presencia del TDL (son más típicos en niños con TDL que en niños con desarrollo típico):
Tener antecedentes familiares con dificultades del lenguaje.
Ser varón
Vivir en un entorno con nivel socioeconómico bajo
Bajo nivel educativo de los padres
Negligencia, abuso o maltrato infantil
Complicaciones en la gestación o el parto
LA DETECCIÓN DEL TDL
Obligatorio hacer referencia a los hablantes tardíos.
Hablante tardío:
Niño entre
1,5-2 años
que produce
menos de 10 palabras inteligibles.
Niño entre
2 años-2,11 meses
que produce
menos de 50 palabras
, además de presentar
ausencia de enunciados de dos palabras.
Algunos hablantes tardíos evolucionan de forma favorable sin ningún tipo de ayuda especial.
El CATALISE recomienda una evaluación cada 6 meses para seguir la evolución de los hablantes tardíos
, ya que es difícil predecir cuáles de estos niños tendrán problemas a largo plazo.
Otra propuesta es:
Sólo en el caso de
aquellos hablantes tardíos entre 2 y 3 años que presenten problemas de lenguaje, se les diagnosticará de TDL si
cumplen las siguientes características:
Pobre comprensión de lenguaje y/o
Pobre uso de gestos y/o
Antecedentes familiares de dificultades del lenguaje o trastorno del lenguaje.
Si no presentan ninguno de estos factores, no se les deberá diagnosticar con TDL hasta los 5 años.
Un término muy utilizado en el ámbito educativo y clínico es el
retraso del lenguaje
.
CATALISE recomienda que no se use la categoría “retraso del lenguaje”
porque la distinción entre RL y TDL no tiene evidencia empírica.
Para los niños que no cumplen los criterios para tener un TDL, se recomienda usar
el concepto "niño con dificultades del lenguaje".
Esquema cronológico de los criterios etiquetaje diagnóstico del trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL) con relación a las etiquetas de hablante tardío (HT) y de dificultades del lenguaje.
PPT 37:
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO DEL TDL
¿Cuándo derivar para hacer una evaluación?
Según CATALISE, se recomienda una evaluación especializada cuando:
El profesora, las familias o profesionales de salud muestren una
preocupación por el desarrollo del habla, el lenguaje o la comunicación
(evitar el “yá hablará”…).
Se observe una
falta de progreso
en el desarrollo del lenguaje o en los resultados académicos a pesar de tener apoyo específico en el aula.
Las fuentes de información
a tener en cuenta para llevar a cabo el diagnóstico de TDL deben ser múltiples e incluir:
Entrevistas y/o cuestionarios a familia y profesorado.
Observación directa del niño
Test estandarizados
Evaluaciones basadas en criterios evolutivos
Criterios de exclusión:
1. Cociente intelectual no verbal (CINV) mínimo
se establece en 70 (antes 85 o superior).
2. No se requiere ninguna discrepancia entre el nivel lingüístico y el CINV.
Se ha demostrado que un nivel de CINV de entre 70 y 85 no tiene un efecto ni en la aparición ni en la gravedad del TL.
3. Se elimina el punto de corte del nivel lingüístico.
Antiguamente se estableció como punto de corte estar -1,25 o -1,5 desviaciones típicas por debajo de la media en las escalas estandarizadas de evaluación del lenguaje. Ahora CATALISE opta por una visión más holística y recoge que el trastorno debe ser grave, persistente y afectar al desarrollo social y/o escolar.
CATALISE enfatiza en la afectación funcional, que interfiere tanto a la comunicación como a su desempeño en las actividades escolares, y en el mal pronóstico en lugar de dar importancia a una puntuación o percentil de corte en una o diversas pruebas del lenguaje.
Se recomienda que el diagnóstico de TDL se haga cuando:
El niño presente dificultades que le crean obstáculos en la comunicación o el aprendizaje en su vida diaria.
Los problemas del lenguaje oral sea muy improbable que se resuelvan (o no se han resuelto) a los 5 años.
Las dificultades del lenguaje oral no estén asociados a ninguna condición biomédica.
Los niños con una limitada exposición a la lengua propia del país de acogida pueden restringir sus oportunidades sociales y educativas, por eso, no se les debe diagnosticar como TDL
a no ser que, después de solicitar una evaluación, se demuestre que tienen una pobre expresión y/o comprensión en su primera lengua (Bishop, 2014).
CATALISE recomienda que no se distingan entre subtipos de TDL
, ya que las diversas clasificaciones de TEL propuestas hacía que muchos niños no encajaran perfectamente en ninguno de los subtipos propuestos.
Proponen que el diagnóstico debe indicar las áreas afectadas, por ejemplo:
“Niño con TDL con afectación a nivel expresivo en
fonología, acceso al léxico, morfología y sintaxis”
COMORBILIDAD Y TDL
Los trastornos del neurodesarrollo presentan una gran comorbilidad entre ellos, ya que comparten afectaciones en diferentes bases cognitivas.
Los siguientes trastornos pueden presentarse de forma concurrente con el TDL y no deben usarse para excluir su diagnóstico puesto que no puede justificarse la afectación en el lenguaje cono consecuencia de su coexistencia.
Hay niños con estos trastornos y no presentan dificultades en el lenguaje oral:
TDAH
Problemas motores (incluyendo el tr. del desarrollo de la coordinación o la dispraxia evolutiva)
Dislexia
Trastornos del habla
Alteraciones en las funciones ejecutivas
Trastornos de la conducta o emocionales
CATALISE propone que se debe hacer un doble diagnóstico ante la presencia de estos trastornos:
TDL comórbido con… / TDL y …
A MODO DE RESUMEN
TEL:
trastorno del neurodesarrollo que afecta a un 7% de la población (aprox.) y que compromete a la expresión y/o comprensión del lenguaje oral.
Trastorno muy desconocido para la población en general debido a la gran dispersión terminológica que diferentes profesionales y manuales diagnósticos han utilizado para designarlo.
Debido a este desconocimiento, Bishop et al. (2016, 2017) llevaron a cabo dos estudios a través del método Delphi (consorcio CATALISE).
Apostaron por el cambio terminológico hacia el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL)
, junto con criterios diagnósticos que enfatizan en las dificultades funcionales que genera el trastorno y su pronóstico.
En el ámbito angloparlante,
a partir de los estudios con la metodología Delphi (Bishop, 2016, 2017), se ha generalizado (tanto el ámbito clínico, educativo y publicaciones científicas) el uso de la nueva terminología: Developmental Language Disorder o DLD = TDL.
El porcentaje de niños con este trastorno atendidos en servicios públicos está muy por debajo de las estimaciones basadas en su prevalencia,
por eso, la necesidad de crear un consenso en el ámbito hispanohablante similar al alcanzado por los angloparlantes que establezca directrices sobre la terminología y los criterios de detección, evaluación y diagnóstico.
En el ámbito hispanohablante
, todavía se necesita de reflexión por parte de profesionales con experiencia y especialistas en el ámbito que analice si la adopción de los principales acuerdos a nivel anglosajón son factibles y ajustados para el contexto hispano.