Un ser vivo está formado por una, millones o billones de células repartidas hasta en el último rincón de su estructura. Obviamente, no todas las células son iguales, ya que muchas están especializadas en alguna función o están agrupadas en zonas particulares. Independientemente si son parte de un organismo multicelular o no, cada célula individual es una maravilla, puede tomar nutrientes y convertirlos en energía, tener funciones especializadas y reproducirse.