La figura de Wiraqucha trasciende en el tiempo y el espacio, como figura religiosa
principal de distintas culturas andino-amazónicas en un periodo probado de cinco mil años, otras hipótesis sostienen catorce mil años a.c (6), ha sido llamado con distintos nombres y múltiples representaciones de acuerdo a la cultura que lo representó en sus templos, pirámides, telares, jeroglíficos, cerámicas, y tallados en piedra.