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FASCISMO - Coggle Diagram
FASCISMO
I. FASCISMO CLÁSICO
Formarían así parte de una potente corriente político-cultural occidental en larga confrontación ideológica con un oponente:
El proyecto ilustrado-liberal de construcción consensuada de una sociedad pacífica de nombres libres, iguales y racionalmente autónomos.
Los fascismos clásicos de la primera mitad del siglo xx constituyeron el momento de mayor relevancia histórica de la corriente anti-ilustrada.
Aportando los vastos recursos de sociedades altamente industrializadas como la alemana o semi- industrializada como la italiana.
La trágica muerte de Mussolini y Hitler simboliza el fin de los fascismos clásicos tras su derrota militar en 1945 a manos de las tropas aliadas y los movimientos nacionales de resistencia.
LOS PROCESOS DE FASCISTIZACIÓN
B) La dimensión política
Si Francia fue el laboratorio ideológico del fascismo según el polémico análisis de Sternhell, Italia fue el laboratorio organizativo, el ejemplo de articulación coordinada de todas las fuerzas protofascistas y de actuación táctica y estratégica.
Mussolini fue el líder carismático que logró aglutinar en torno a su figura a ultraconservadores, ultranacionalistas, sindicalistas revolucionarios y socialistas no marxistas, así como a todo tipo de descontentos, resentidos y marginados de la Italia surgida de la Primera Guerra Mundial.
Subrayemos el decisivo papel que la glorificación de las tecnologías modernas representó en los idearios fascistas, uno de los factores, conjuntamente con el de la incorporación activa de las masas en política.
A) La dimensión cultural
Esa revolución cultural preparó el terreno, abonándolo, a los movi mientos fascistas al legitimarlos culturalmente, combatir los fundamentos de sus oponentes doctrinales y establecer las bases de su doctrina ideológica.
Si los fascismos nacen directamente, como veremos, de las enormes convulsio nes de la Primera Guerra Mundial, el protofascismo cultural surge como conse cuencia de la crisis finisecular del liberalismo clásico, entré otras razones por el contraste, insalvable ideológicamente
entre el discurso liberal-humanista y la realidad de unas sociedades europeas en pleno proceso de revolución industrial y transformación de modelo socio-económico.
Como ha afirmado reiteradamente Z. Sternhell (1994) el fascismo, antes de convertirse en una fuerza política, fue un amplio fenómeno cultural que postulaba la comunidad nacional como fuerza capaz de superar el individualismo y la deca dencia de la sociedad burguesa.
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A) Analogías
Los fascistas respetarían los beneficios y la jerarquía social, en tanto que el gran capital respetaría, a su vez, la autonomía del poder político, aceptaría su intervención en materia económica mediante su tutela e incluso la creación de grandes trust industriales como el IRI italiano y se prestaría a orientar su producción hacia los proyectos de conquista imperial.
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B) La utopía fascista
Una auténtica revolución espiritual, política y cultural.
LAS GRANDES LÍNEAS INTERPRETATIVAS DEL FENÓMENO FASCISTA
Las interpretaciones globales del fascismo han sido realizadas según tres grandes esquemas analíticos, dos pertenecientes al paradigma liberal y uno al marxista.
Los sectores conservadores no democráticos en su momento más álgido, los años previos a la Segunda Guerra Mundial, creando un estado de opinión que, por sus acciones u omisiones, legitimarían a los fascismos.
De tal manera que puede decirse que, sin la actuación de lo que ha sido denominado conservadurismo radical, los fascismos no hubieran logrado imponerse allí donde triunfaron
El fascismo fue un credo mundial que se vio capaz de crear una Nueva Civilización a partir de la reconstrucción del Imperio Romano o un Reich racial de mil años, como exponían orgullosos los líderes italiano y alemán, respectivamente
Presentan considerables dificultades analíticas que derivan, entre otros factores, de las heterogeneidades nacionales, las diferentes evoluciones históricas y las implicaciones ideológicas de los esquemas interpretativos.
A esto hay que añadir la propia idio- sincrasia de la teoría política fascista, radicalmente antiteórica y propugnadora de la acción.
Sin embargo, es necesario constatar que los conservadores radicales como fenómeno europeo de entreguerras, por muy fascistizados que estuvieran, todavía no podían ser considerados genuinos fascistas.
El fenómeno fascista realizados hasta la fecha han estado sesgados por las limitaciones estructurales de los dos grandes paradigmas explicativos de referencia: el liberal y el marxista.
El fascismo se desarrolló en un siglo de extraordinario desarrollo económico y tecnológico y fue capaz de conciliar pares ideológicos antagónicos que hasta entonces habían pertenecido exclusivamente a una sola de las dos grandes mega-ideologías europeas de la modernidad, Ilustración y anti-Ilustración: individuo y comunidad, masas y élites, razón y brutalidad o técnica y tradición.
Fue también un proyecto político utópico que ofreció una respuesta radical distinta de las existentes para los gigantescos problemas de las sociedades industriales.