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TODO EL MUNDO ES LOCO - Coggle Diagram

- - - - Para Freud el arquetipo humano fue el neurótico, el sujeto que mejor encarna el descubrimiento del inconsciente en el que se encuentra atrapado, alienado a un yo que condiciona su vida.
        
        Para Lacan la locura fue su primera escuela, donde acuñó su teoría. Llegó a la raíz de una concepción inédita del lenguaje de romper la unión ilusoria entre el significante y el significado, que estaba implícita en la obra de Freud.
        
        La posibilidad de que una palabra pueda significar otra cosa, es la condición de que el ser hablante está siempre un poco loco, es decir, que fabrica significados cuando habla, sin saber qué está diciendo
        
        La experiencia analítica saca a la luz:
        
        que nadie sabe lo que está diciendo cuando habla, y que el psicoanálisis se dedica a explotar esa propiedad humana.
        
        Todos estamos locos porque no existe la realidad, en el sentido universal del concepto, sino la ficción en la que cada uno vive, y que está fabricada por el significado personal que le damos a las palabras. Creemos saber lo que estamos diciendo, pero no tenemos ni idea.
- - - - ¿no corre el psicoanálisis el albur de convertirse en una práctica para élites?
        
        La orientación lacaniana tiene una ventaja, la disolución de los estándares analíticos ha permitido que el psicoanálisis sea una práctica donde el método y la técnica se adaptan al usuario, y no al revés. Cada paciente constituye un desafío.
- - - - ● Por otra parte, acercar siempre el psicoanálisis a la problemática que afecta en cada momento histórico al sujeto del inconsciente.
- - - - ● Por otra parte, la visión milenarista de que la historia tiene un propósito, que es el triunfo del bien sobre el mal.
        
        La idea de que el mal podrá ser definitivamente erradicado ha sido paradójicamente la fuente de las ideologías y los regímenes más espantosos
        
        El psicoanálisis procura liberarnos, detenerse menos en el sentido y pasar al acto transformador, que opera y nos vuelve operativos para obrar.
        
        pero haríamos bastante con lograr que los psicoanalistas no convirtamos nuestra disciplina en una religión alternativa, y que nuestras instituciones no acaben por asemejarse a las iglesias.