Por supuesto, la zona más golpeada fue el sur de Indonesia. A los efectos directos de la erupción (explosión, maremotos, ceniza, acidificación y contaminación de las aguas) hay que sumar la pérdida total de las cosechas y los hogares, la propagación de enfermedades, etc.
Los primeros años del siglo XIX fueron fríos. El hambre, las guerras, las epidemias y la falta de recursos sentaron las bases posteriores para el comienzo de rudimentarias políticas sociales que se hicieran cargo de la población en momentos críticos como los que se vivieron en aquel entonces.