El socialismo, tanto en la teoría como en la práctica, no sale de su desconcier- to, pero los problemas reales de opresión, injusticia, desigualdades, que trató de corregir en el pasado, siguen carcomiendo las sociedades europeas.
de modo que continuará buscando soluciones, ojalá sin volver a caer en el espejismo de una solución global