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LA TEORÍA POLÍTICA DE HUME - Coggle Diagram
LA TEORÍA POLÍTICA DE HUME
6.- Utilidad y funciones del gobierno
Hume no solo reconoce y legitima «la diferencia en la propiedad». También está, al mismo tiempo y como él mismo indica, «ordenando las diferentes clases de hombres» en función de sus posesiones.
En Hume, el gobierno también ha de ser capaz de hallar, detectar y promover ciertos «intereses inmediatos» demandados por grupos de ciudadanos.
5.- Del origen del gobierno
Hume sostiene que, si se acepta la existencia de una voluntad divina y que todo acontece conforme a un plan dirigido por ella, podrá entonces aceptarse que «la Deidad es el origen último de todo gobierno».
Hume sostuvo que ambos sistemas de principios «son ciertos», aunque «no en el sentido en el que [respectivamente] lo entienden».
Hume tal tipo de consentimiento raramente pudo darse de forma conjunta en la historia y, en todo caso, nunca pudo ser más que «una aquiescencia habitual y, si se quiere llamarla así, voluntaria, y por tanto precaria
11. La monarquía civilizada
Hume concibe las «monarquías civilizadas» como una forma de «gobierno mixto» y que las incluye entre el grupo de los «gobiernos libres»
Hume, no todo gobierno monárquico es un gobierno despótico, bárbaro o arbitrario, pues puede darse el caso –como ocurre las «monarquías civilizadas»- en que el monarca, pese a que posee un poder absoluto, gobierna conforme a las leyes.
Hume es consciente de que «tan grande es la ambición de los hombres, que nunca están satisfechos con el poder que tienen».
3.- La política, el egoísmo y la benevolencia
La política es una de aquellas cuatro ciencias del hombre o la naturaleza humana que ha de tener una referencia directa a la acción y a la sociedad.
«considera a los hombres en tanto que unidos en sociedad y en dependencia los unos de los otros»
La política es preciso que demos por supuesta aquella máxima clásica según la cual «todo individuo es un bribón, y no tiene otra finalidad, en todos sus actos, que el interés privado
Los hombres están en gran medida guiados «por su interés privado», por el «amor a sí mismos más que a cualquier otra persona»
Hume cree que el amor a sí mismo y el egoísmo pueden resultar peligrosos tanto para nuestras relaciones con los demás como para la misma sociedad.
1. Empirismo y escepticismo en Hume
Objetivo construir «un sistema completo de las ciencias, edificado sobre un fundamento casi enteramente nuevo»
Ciencia del hombre o la ciencia de la naturaleza humana es en realidad «la única fundamentación sólida de todas las demás ciencias»
Hume cree que tenemos que conservar cierto grado de escepticismo ante las incidencias de la vida
Sostiene que la propia naturaleza «por medio de una absoluta e incontrolable necesidad, nos ha determinado a realizar juicios.»
4.- Las convenciones y las reglas de justicia
Hume sostiene así una concepción de la justicia como una virtud artificial.
Benevolencia de largo alcance no constituye nuestro motivo primero y originario para la observancia de las reglas de justicia.
Hume parte así de un enfoque estrictamente secular fundado en un individualismo adquisitivo para, a través del interés privado y del artificio humano de las convenciones
Hume deduce que el adecuado disfrute de los bienes privados y la posibilidad de una convivencia pacífica y ordenada depende pues de un artificio humano
8.- Del derecho a la autoridad o el poder
El gobierno surge de la voluntaria convención entre los hombres y que, por tanto, «la misma convención que instaura el gobierno tendrá que determinar también las personas que van a gobernar».
Hume, «todos los gobiernos y toda la autoridad de los pocos sobre los muchos» se fundamentan en última instancia en las opiniones ciudadanas «relativas al interés público, al derecho al poder y al derecho de propiedad»
13. La reforma de la monarquía inglesa
Hume propone reformar el sistema electoral inglés pero, eso sí, no para lograr que sea más «equitativo» sino, por el contrario, más representativo de las clases propietarias.
10.- Las formas de gobierno
Hume reflexiona en diversos momentos, en especial en sus Ensayos políticos, sobre el problema de las formas de gobierno.
La «monarquía civilizada» (cuyo mejor ejemplo es la monarquía británica) o, en menor medida, la «república aristocrática» (cuya posibilidad defiende en Idea de una república perfecta) constituyen las mejores y más moderadas formas de gobierno en tanto que la una y la otra se alejan de sus formas «puras».
2.- Sociabilidad, razonabilidad y vida mixta
No solo que el hombre «es un ser sociable no menos que razonable, es también un ser activo»
La moral fue en realidad uno de sus principales y más constante intereses teóricos y prácticos.
Defiende la posibilidad de conjugar, a través de esa «vida mixta», la inevitable y natural pasión por la ciencia y el conocimiento
7.- Estado, comercio e industria: la ideología del libre mercado
El gobierno no es únicamente un «guardián del campo» o vigilante del estricto cumplimiento, interpretación y aplicación de las reglas de justicia. Es también un coordinador y promotor de la sociedad de mercado.
Hume, es necesario que el gobierno fomente la laboriosidad y habilidad de los trabajadores, pero también que favorezca el desarrollo de la industria y el comercio, que estimule la adquisición y consumo de productos «que el lujo hace codiciar a los hombres»
Hume no constituya tanto un teoría ahistórica o para toda sociedad sino, por el contrario, una elaboración de las convenciones e instituciones centrales de la naciente sociedad comercial y capitalismo industrial.
12.- Los gobiernos republicanos, la democracia y la Perfect CoŵŵoŶwealth
Hume se configura pues como una nueva y peculiar suerte de «gobierno representativo» claramente diferenciado de las democracias populares y en el que impera un sistema representativo basado en un régimen electoral restringido, propietarista e indirecto.
Hume todo gobierno libre republicano «tiene que estar constituido por dos consejos, uno más reducido y otro mayor.
Las democracias no constituyen pues una forma de gobierno deseable. Y evitar que las repúblicas degeneren en democracias hace necesario que aquellas sean «bien establecidas», esto es, «templadas» y «bien afinadas».
9.- Del deber general de obediencia y el derecho «extraordinario» de resistencia
Hume «el único fundamento del deber de obediencia a la autoridad política es la ventaja que procura a la sociedad, manteniendo la paz y el orden entre los hombres».
Hume sostiene igualmente que ese deber general cesa en aquellos casos extraordinarios en que «la ruina pública va unida claramente a la obediencia».