En estos caballos, el Pura Sangre Árabe aporta sus características morfológicas, que le confieren belleza, elegancia, resistencia y equilibrio funcional; mientras que el Pura Sangre Inglés aporta la talla y, fundamentalmente, la velocidad y facultades deportivas, gracias a unas largas extremidades que le permiten una alzada en torno a 1'55 y 1'70 m.