Hoy en día, la respuesta moderna, la que muchos padres piden, la más “rápida”; es el “adiestramiento”, el trabajo sobre la conducta. El “modelaje” de un niño robotizado a costa de mucho sufrimiento. Que podrá, después de mucho machaque, sentarse a comer en un restaurante sin que se “note” que es un autista. Nosotros, desde el psicoanálisis, nada sabemos sobre cómo operar sobre la conducta, por eso desde muchos sitios se nos acusa de “poco efectivos”. Pero sí sabemos que desde el respeto por los objetos autísticos, las obsesiones, las ecolalias, las estereotipias, los dobles , que un niño autista trae consigo, podremos encontrar el hilo que teja esa especie de transferencia que posibilite la constitución de un recorrido que haga función de borde y de circuito pulsional. El trabajo metonímico que ha hecho Roy durante este tiempo ha servido como construcción de ese borde. Ellos piden un otro que sea testigo y garante de sus construcciones; que las consienta y respete co