Para ello es conveniente que el conciliador tenga a la mano una Libreta de Notas y lapicero para tomar apuntes de los problemas e intereses que están saliendo del diálogo con las partes. La experiencia llega a sugerir la conveniencia en la realización de sesiones privadas, ya que esto ayuda a que los participantes se muestren (en intimidad) más abiertos a contar sus problemas y, en muchas ocasiones, poder conocer sus sentimientos, temores y hasta preocupaciones, y esto es lo que más interesa al momento de plantearse soluciones. Así mismo, es necesario considerar que el conciliador debe estar bien capacitado en técnicas de escucha, de tal manera que así pueda identificar con rapidez los problemas e intereses de las partes.