El análisis, el pensamiento crítico, la contrastación de hipótesis, la argumentación, la distinción entre datos e interpretaciones de esos datos, etc., son todas competencias que pueden enseñarse de modo privilegiado a través de la educación científica.
que no se entienda como un mero catálogo de saberes establecidos, generalmente abstractos y descontextualizados, sino una de las formas más eficaces que tenemos en nuestra cultura de responder a las preguntas que nos inquietan.