Como propietario: gestionar las funciones de la empresa, atribuir tareas más fácilmente, controlar servicios y tener transparencia. Además, establecer jerarquías, segmentar y dividir tareas, identificar las tareas con claridad, ser mejor líder, definir estrategias y comparativas de negocios. Finalmente, observar el proyecto con perspectiva y ver sus posibles fallos.