Cuando la familia, ese agente educativo natural, comunica al educador datos, antecedentes del niño con el fin de favorecer la marcha del proceso educativo, el educador los debe confrontar con los resultados de las experiencias realizadas en la escuela (tests, entrevistas, charlas personales, observaciones en el aula y en los patios); y los resultados de esas confrontaciones los comunicará y comentará con los padres o tutores.