Conclusión
Siempre fui consciente de que todo lo que pasaba en mi vida influía en mi aprendizaje, pero desconocía todas las actividades sensoriales que se pueden aplicar para desarrollar el cerebro, creí que esas actividades se limitaban a niños pequeños. Y aunque si son más centradas en ellos, aún de adultos podemos usarlas según lo necesitamos. Con las actividades de clase me sentí conectada con mi niñez, dejé de lado el peso de la vida humana y disfruté la simple actividad de colorear o jugar con la coordinación, fueron actividades muy bonitas que me recuerdan que no importa cuán grande seas, siempre hay que divertirse y disfrutar cada actividad y nuevo aprendizaje. Aprendí y disfruté mucho, gracias.