Al orientar el crédito a actividades prioritarias como la agricultura, la vivienda, la mediana y pequeña industria entre otras, se permite y se alienta a los bancos comerciales, con cartera en esas áreas, a descontar sus documentos a tasas preferenciales ya sea en el Banco de México o en los fondos de fomento como Fira, Fovi, Fidec y demás fideicomisos.
En la crisis económica y financiera de diciembre de 1994, los préstamos o descuentos del Banco de México a los bancos comerciales se efectuaron a través del Fobaproa, que mantuvo su estructura y se reforzó con recursos del gobierno federal.