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La estructura perversa - Coggle Diagram
La estructura perversa
Madre fálica 🤱🕳
La complicidad erótica materna se manifiesta en el terreno de la seducción, de una verdadera seducción y no de un fantasma de seducción mantenido por el niño.
Esta seducción materna se expresa sobre todo en las respuestas que brinda a los requerimientos eróticos del niño. Respuestas que este recibe inevitablemente como testimonios de reconocimiento y aliento.
En este sentido, la respuesta materna es un verdadero llamado hacia el goce, toda vez que da sustento a la actividad libidinal del niño para con la madre. No obstante este llamado seductor queda gravado por un equívoco de talla.
Aquí entra la ambigüedad, en la que la madre alienta al niño a hacerla gozar, pero también una madre amenazadora y prohibidora que se hace intermediaria de la palabra simbólica del padre.
La imago de la madre fálica va a predeterminar la relación que el perverso mantendrá posteriormente con las otras mujeres. Mujeres a las que no renunciará, sin perjuicio de intentar encontrar en la persona de otros hombre, como ocurre en la homosexualidad.
La mujer que encarnará a la madre fálica será fantasmatizada como una mujer totalmente idealizada. En esta idealización , observamos que el perverso sigue protegiéndose dela madre como objeto de deseo posible. Es
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Diagnóstico diferencial entre las perversiones, la histeria y la neurosis obsesiva 🔎
Neurosis obsesiva
El distanciamiento del obsesivo se debe a no saber nada de su deseo. Por su parte, se trata de tendencia que tienen ciertos obsesivos a encerrar a la mujer de su deseo en los archivos, a ponerla bajo una campana, como un previos objeto de colección que de ser mantenido fuera de todo alcance, es decir, rebajado al rango de objeto de posesión y accidentalmente de consumo.
Histeria
La mujer debe ser despiadadamtene seductora, siemrpe ofrecida a la mirada del otro fascinado y envidiosos, para que el suejto pueda investirla idealmente. Para él, lo importanten esque la mujer jamás resigne este lugar, a riesgo de verse inmedaitamente despojada de sus bazas seductoras.
En cuyo caso se convierte, por el contrario, en un objeto amenazador, objeto odioso y detestabel que es preciso destruir por cunato debe expiar el haber caído del pedestal donde la había instalado la economía libidinal del histperico, en beneficio de su propia coodidad.
El desafío y la transgresión de la ley son compartidas con este tipo de estructuras, pero se puede diferenciar claramente.
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