La pandemia del 2020 sirvió para develar un escenario donde las herramientas informáticas y los entornos digitales tienen una importancia indiscutible. Con sus defectos y sus virtudes, asistimos a un momento histórico donde desde diferentes frentes tuvimos la posibilidad de reflexionar sobre el uso de las TIC. Más allá de la parafernalia y los aspectos que hacen cautivantes a la tecnología, es indispensable que exista una estrategia para que se trascienda lo meramente instrumental y pasemos a lo trascendental. Aquí, se señala necesariamente una necesidad de formar a los docentes y a los estudiantes en el buen uso de los recurso informáticos, entendiendo además, el acelerado camino que hemos tomado hacia la preeminencia de la virtualización.
Debemos entender las TIC como un grupo de prácticas, o mecanismos utilizados para el consumo, transmisión y/o recepción de la información, orientados a partir del cambio tecnológico que ha experimentado la humanidad a través de los años a nivel mundial, principalmente desde que apareció el internet, lo que ha permitido el avance tecnológico, con la actualización y creación de nuevas tecnologías, lo que ha aumentado el consumo del servicio de internet en los usuarios que día a día requieren del mismo como una necesidad, ocupacional, social, laboral, entre otros.
Son diversos los aspectos positivos de las TIC en la educación. Uno de los más relevantes es el cambio en el modelo educativo. También se ha evidenciado la participación de la familia en los procesos de los estudiantes gracias a las facilidades que las TIC ofrecen, entre las cuales, también podemos señalar el acceso o democratización a las fuentes de información. Por otro lado, en cuanto a los aspectos negativos, el uso continuo de los aparatos tecnológicos han generado adicción o dependencia de ciertas plataformas como lo son las redes sociales, se considera que todo el conocimiento se encuentra en la red y la investigación pura no se está fomentando en los estudiantes, en el aspecto social y laboral existe sobrecarga de información, la relaciones humanas cada día son más distantes mediadas por tic, la generación de enfermedades por el continuo uso de tecnología, se verá reflejado en unos años con enfermedades laborales y enfermedades mentales.
Finalmente, la clave frente al avance imparable en la prevalencia en el uso de la tecnología en la educación, es el aspecto estratégico, el cual debe imponerse frente al instrumental, de esta manera estaremos partiendo de un uso más orgánico, donde de manera sistemática se ordenen y privilegien los objetivos y no las herramientas. Es importante el papel del docente como acompañante en los procesos de enseñanza aprendizaje mediados por la tecnología, entendiendo su papel de generar experiencias significativas para su clase, experiencias que sobrepasan la aplicación y se erigen las metas propuestas.