Con Viktor Frankl definimos la felicidad como tener un sentido a la vida. Una persona que tiene un sentido para su vida es feliz, porque sabe por qué vive y para qué vive. Así una persona puede aguantar circunstancias muy extremas en su vida si sabe que eso tiene sentido para él. Podemos estar muy enfadados por no tener agua caliente un día en casa y no poder ducharnos tranquilamente, pero una persona es capaz de vivir feliz sin agua caliente, y son cama si es el caso, cuando sabe que su vida tiene sentido, por ejemplo, cuando vive su vida como voluntario o como misionero en un campo de refugiados en África.