Desde un punto de vista macroeconómico la situación del tomate canario de exportación viene marcada por los efectos producidos por la situación económica actual, no sólo nacional, sino global, con una crisis que se viene sufriendo desde el año 2008, y que se suma a los problemas internos que el sector tomatero arrastra desde hace años, tales como plagas, enfermedades y endeudamiento por las mejoras tecnológicas y de innovación que se han realizado.
En 2016, el 56.3 por ciento de la producción nacional de tomate se concentró en cinco entidades: Sinaloa (27.6 por ciento), San Luis Potosí (9.2 por ciento), Michoacán (7.0 por ciento), Baja California (6.7 por ciento), y Zacatecas (5.7 por ciento).