Con la Constitución de 1824 una vez derrocado el imperio y organizada la Nación en forma de República Federal se dictaron algunas disposiciones aplicables a los escribanos. Según el manual del litigante instruido, publicado en México en 1843 los requisitos que se exigían a los escribanos eran Saber escribir, tener autoridad pública cristiano y de buena fama, hombre de secreto, entendedor en tomar las razones de lo que ha de escribir, vecino del pueblo, y hombre secular. Para esta época existían tres clases de escribanos según la Curia Filípica Mexicana nacionales públicos y de diligencias.