Estas políticas (dictadas por paises como eeuu, canada y australia) marcan una clara diferenciación con las llevadas adelante por el Estado argen tino, sobre todo tras la finalización de la primera guerra mundial, que continuó con una política de fronteras abiertas para la inmigración, en un contexto en donde comenzaba a evidenciarse la existencia de excedentes de mano de obra en el mercado de trabajo local. Mientras otros países imponían diversos tipos de restricciones, Argentina siguió siendo un país de libre entrada para la inmigración, lo que implicó que recibiera parte de los contingentes que no podían ingresar en otros países, especialmente Estados Unidos. El incremento relativo de población arribada desde Euro pa central fue una consecuencia de este desvío de población migrante