"Estela, por su parte, no lograba conseguir trabajo para enviarle dinero a sus hermanos. Hizo varias entrevistas. Pero nadie la contrataba, 'por el color de mi piel', dice. 'Yo pasé por eso muchas veces, y por eso tuve que entrar en el mercado informal'". (Ronderos, 2019, p.249)