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2.31. LA MASACRE DE LOS POBLADORES DE PACCHAS EN HUAMANGA (1989) - Coggle…
2.31. LA MASACRE DE LOS POBLADORES DE PACCHAS EN HUAMANGA (1989)
Inicio del caso
La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha logrado determinar que comuneros del pueblo de
Paccha en el distrito de Vinchos, provincia de Huamanga, Ayacucho fueron masacrados por miembros del PCP-SL el 11 de diciembre de 1989.
Torturados
El presidente de la comunidad, Esteban Chumbez López,
Faustino Jayo López y Julián Blas López
fueron humillados, torturados y asesinados, al igual que al menos otras diecinueve personas.
La primera incursión senderista en la comunidad de Paccha, distrito de Vinchos ocurrió en 1983.
Como interrumpieron
Intervinieron en la elección de autoridades y convocaron charlas para el adoctrinamiento de los comuneros.
Los pobladores recuerdan que en esa ocasión, los senderistas irrumpieron en la asamblea comunal
Desarrollo del caso
La violencia se incrementó cuando, en 1989, la cúpula de Sendero declaró que la así llamada “guerra popular”
Esta guerra estaba en la orientación de alcanzar en breve plazo el equilibrio estratégico entre las fuerzas senderistas y el Estado peruano.
Trato a los inocentes
En medio del clima de zozobra generalizado, los testimonios señalan que la actuación de las fuerzas del orden
en lugar de apoyarlos, frecuentemente resultaba en la detención y tortura de inocentes.
“juicios populares”
Solían anunciara alguna asamblea convocada por los senderistas para castigar a los comuneros supuestamente “traidores” a su causa.
Sendero sacaba de sus casas a las personas y las asesinaba en una escenificación de pseudo juzgamientos llamados “juicios populares”.
Practica tradicionales de defensa
los ronderos empezaron a aprehender a presuntos senderistas y entregarlos a las autoridades militares.
Los miembros de la columna ingresaron a las viviendas de los comuneros
atando a los hombres de la comunidad, golpeándolos y conduciéndolos a la plaza
sin atender a las súplicas de las mujeres y los niños.
Una vez formada una asamblea de todos los pobladores, arrojaron boca abajo a los hombres. Los golpearon y caminaron sobre sus cuerpos.
Las acciones de las rondas fueron el móvil de una acción de
desproporcionada represalia de parte de el PCP-SL.
La masacre
los miembros de el PCP-SL empezaron a acuchillar a los hombres en forma tal de no matarlos de inmediato sino en medio de intensos sufrimientos.
Esteban Chumbes López, presidente de la comunidad, le cortaron el cuello
y la lengua.
A Faustino Jayo López le desnudaron, loo obligaron a tenderse en el suelo y con una piedra batán le reventaron el cráneo.
Julián Blas López fue ahorcado y muchos otros sufrieron una
suerte similar.
los senderistas destruyeron los libros de actas y otros documentos que constituían la memoria histórica de la comunidad.
Una vez que acabaron de rematar a todos los varones capturados, se llevaron a las mujeres y niños al local comunal, donde fueron encerrados mientras la columna se dedicaban al saqueo.
Finalización del caso
se marcharon del pueblo gritando sus consignas.
“Luego de encerrarnos gritaban ¡viva! ¡Que mueran los yana umas!
¡que desaparezcan! ¡En este pueblo está corriendo río de sangre, eso querían pues, carajo, soplones de
dos caras! ¿Querían carne? ¡ahí está! ¡Ahora pues, coman esta carne!”.
A las ocho de la mañana llegó un helicóptero del ejército alertado por un hombre que había
escapado apenas llegado el contingente de Sendero.
Liberaron a las mujeres y niños
Se dispusieron a realizar el
entierro de por lo menos veintidós cadáveres desperdigados en la plaza.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación deplora profundamente la humillación, tortura y
muerte de los comuneros de Paccha.
Del mismo modo, estos hechos vulneraron el derecho
internacional humanitario que protege explícitamente a la población civil.
la Comisión reconoce el coraje cívico de la comunidad de Paccha y de otras comunidades que, a pesar de no contar con el apoyo efectivo del Estado
Expresa su convicción de que el PCP-SL efectuó un acto injustificable contra una población civil indefensa
que este tipo de actos constituye crímenes de lesa humanidad que invocan el compromiso
de justicia de la comunidad internacional.