Una vez puesto en servivio el sistema de software, las modificaciones del entorno o la presencia de errores, o la necesidad de ampliar su funcionalidad requerirán emprender tareas de mantenimiento, que en esencia, y a menor escala son pequeñas acciones de desarrollo que pueden introducir modificaciones en el nivel de integridad, y requiere revisiones en los análisis de criticidad, datos y riesgos