En la mayoría de las ciudades del mundo, las casas se planifican de acuerdo con la situación económica de las personas. Por ejemplo, Croydon para la gente de clase media y Chelsea para la gente de clase alta. En los Estados Unidos, algunas autoridades municipales, especialmente en Chicago, han sido acusadas de "hacer líneas rojas", de modo que algunas personas se quedan fuera al comprar casas.