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Reflexión divorcio difícil, El que los padres tengan la capacidad de…
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El que los padres tengan la capacidad de detenerse a pensar y reflexionar sobre cómo están viviendo y procesando los hijos la separación, puede incluso cambiar la perspectiva y postura ante el conflicto. Escuchar a los menores es enriquecedor porque no tienen filtro y a partir de una tercera persona, ajena a la situación, es más sencillo visibilizar y que los padres se den cuenta de lo que están generando en sus hijos y se responsabilicen a través de acciones oportunas para mejorar la dinámica y convivencia.
Aunque la terapia ayuda y abona a que los padres tomen decisiones que favorezcan el bienestar de sus hijos, al final, tiene que existir iniciativa y voluntad para llevar a cabo las acciones que mejorarán la relación y situación familiar. Lo mismo que en la mediación, tanto la terapeuta como el mediador/a facilitan el diálogo y tienen herramientas para generar nuevas perspectivas pero únicamente las personas pueden cambiar la forma en que llevan los procesos y resoluciones.
Un trabajo o proceso sin seguimiento difícilmente podrá mantenerse, ya que es importante recordar constantemente lo que les llevo a cambiar su situación. Por ello el realizar una evaluación o valoración de lo que se ha hecho y si realmente han cambiado las cosas, ayuda a generar consciencia y revisar si es necesario aplicar algunos ajustes o retomar lo que había estado funcionando pero se dejó de hacer.
La importancia de que los niños no crezcan en un ambiente tóxico por el tipo de convivencia y trato que tienen los padres que están separados pero viviendo aún juntos o en proceso de separación, influye directamente en su desarrollo y el tipo de relación que tendrán con mamá y papá. Por eso es necesario generar esa separación física también, para que los hijos lo comiencen a procesar de manera adecuada y sana sin verse envueltos en discusiones o en roles que no les corresponden.
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