La información en la organización debe cumplir tres condiciones: primera, asegurar la eficacia, eficiencia, calidad y mejora de las operaciones y actividades corrientes; segunda, proveer un entorno de trabajo agradable, cómodo y exento de infoxicación o saturación informativa; y tercera, facilitar la asunción y gestión de retos de cambio, innovación y mejora de la competitividad a largo plazo
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