El 1 de Mayo de 1853 en Santa Fe, se promulgaba la Constitución Argentina. Desde la Revolución de Mayo de 1810, las "Provincias Unidas del Río de la Plata" pujaron por darse régimen legal que consagre definitivamente su identidad en todo el territorio. Ello no fue tarea sencilla, pues los marcados conflictos de intereses entre Buenos Aires y el resto de las Provincias postergó su tratamiento. Luego de los fallidos intentos de la Asamblea del año 1813, del Congreso de Tucumán de 1816 y las constituciones de 1819 y 1826, se enclavó la piedra fundamental de la organización institucional Argentina: El Pacto Federal de 1831. La batalla de Caseros que acarreó la derrota de Rosas permitió a Urquiza generar los consensos entre Buenos Aires y el resto de las provincias en el llamado "Acuerdo de San Nicolás". Sin dudas la gran fuente doctrinaria inspiradora del texto constitucional fue el texto de Juan bautista Alberdi "Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina" incorporándose a ello los modernos principios consagrados en la constitución de los EEUU de 1787, que adopto un sistema de gobierno republicano y presidencialista y organizó el estado federal. Existieron intensas discusiones sobre la similitud con la constitución norteamericana, la libertad de culto y la apertura a nuevas olas de inmigrantes, aunque prevalecieron los puntos de vista más progresistas generando una Constitución ejemplar y vanguardista para la época. Finalmente el preámbulo (verdadera manifestación de principios) y sus 107 artículos, fueron promulgados el 1 de Mayo de 1853 marcando el inicio de una nueva era para la República. La constitución fue modificada en 7 oportunidades, 1860, (Pacto San José de Flores mediante, por el cual la Provincia de Buenos Aires se une a la federación) 1866, 1898, 1949, 1957, 1972 y 1994, aunque no todas ellas por convenciones constituyentes. La última reforma constitucional consideró como antecedentes validos las reformas 1860, 1866, 1898, y 1957.