En cambio, el córtex se especializa en aquellas que necesitan un análisis consciente. Ambas regiones se comunican creando un bucle de información. Las tenemos automatizadas. Lo que el estudio demuestra es que, a través de vivir experiencias, vamos creando nuevos caminos cerebrales, nuevas conexiones, y eso nos ayuda a nuestro desarrollo y pensamiento cognitivo, y también al pensamiento rápido y automático y, por tanto, a la intuición.