Por lo general, las personas con un trastorno de la personalidad no suelen ser conscientes de sus procesamientos o conductas disfuncionales, y no ven problemas en su forma de pensar, actuar y comportarse. Si acuden a tratamiento, suele ser para aliviar síntomas de la ansiedad, de la depresión, eliminar problemas de abuso de sustancias o problemas causados por el trastorno de personalidad como desempleo, problemas de relación, separación, etc.