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Tema 1: Yo y los otros - Coggle Diagram
Tema 1: Yo y los otros
La naturaleza humana: Es el conjunto de capacidades comunes que poseemos todos los seres humanos desde que nacemos y que podremos desarrollar a lo largo de nuestra vida. Esas características nos ayudan a diferenciarnos de los animales.
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Los cambios en la adolescencia: La adolescencia es una etapa crucial en el proceso de maduración y desarrollo de las capacidades naturales de los seres humanos. El adolescente deja atrás su infancia y se prepara para la vida adulta. Este cambio le obliga a dar pasos decididos mientras continúa viviendo es el mismo entorno familiar bajo la tutela de sus mayores. La importancia de los cambios que se están produciendo en la vida del adolescente y la dificulta para gestionarlos adecuadamente generan altas dosis de inseguridad e incertidumbre, provocándole sensaciones de angustia y temor. Su comportamiento individual y social se vea afectado.
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Yo, identidad y autonomía: La primera tarea que tenemos es la de descubrirnos a nosotros mismos: averiguar quiénes son y quiénes queremos ser.
Identidad personal e identidad social: La identidad es la conciencia que tiene una persona de ser ella misma y distinta de los demás. Los seres humanos tenemos conciencia de nuestra identidad porque somos capaces de preguntarnos: ¿quién soy? o ¿qué sentido tiene mi existencia? Las respuestas que damos a esas preguntas constituyen nuestra identidad personal. Necesitamos convivir con otras personas para desarrollarnos plenamente. Generamos unos vínculos sociales. Este sentimiento de pertenencia a un grupo constituye nuestra identidad social.
Autonomía: La autonomía es la capacidad de darse a uno mismo las normas que guían la conducta. Lo contrario es la heteronomía, que consiste en que otros dicten las normas que se deben cumplir. La autonomía es un objetivo que logra el proceso de maduración que se inicia en la infancia, se desarrolla en la adolescencia y debe estar concluido al alcanzar la edad adulta.
La autorrealización personal: El fin último que persigue todo ser humano consiste en vivir una vida buena y feliz. Cada uno tiene que establecer en qué consiste la felicidad cómo puede alcanzarla. Esto obliga a cada persona a desarrollar su propio proyecto vital. Con cada decisión que tomamos hacemos algo, pero, al mismo tiempo, nos hacemos a nosotros mismos. Cuando logramos hacer de nosotros aquello que queríamos ser, nos invade la satisfacción por haberlo cumplido. esta posibilidad de la que disfrutamos y la tarea que lleva consigo no está exenta de riesgos.
Los afectos: Los afectos son estados emocionales que tienen carácter íntimo. La alegría, la tristeza, la vergüenza, la ira, la confianza o el amor son sensaciones más o menos duraderas que experimentamos y que afectan en nuestro yo más infinito.
Tipos de afectos: Las emociones son alteraciones del ánimo, intensas pero pasajeras. Pueden ser positivas o negativas. Los sentimientos son alteraciones de nuestro ánimo más estables que las emociones. El estado de ánimo es un sentimiento que se mantiene durante un largo período de tiempo y que depende más del carácter de una persona que de los acontecimientos concretos.
Intimidad: La manifestación original de todos los afectos se produce en nuestro fuero interno y solo nosotros conocemos su profundidad.
Polaridad: Las emociones son agradables o desagradables, los sentimientos son buenos o malos y los estados de ánimo son positivos o negativos.
Para evitar vernos controlados por afectos negativos, contamos con nuestra inteligencia emocional.Dos características comunes:
Tienen una causa externa al sujeto, algo que los provoca.
Tienen un objeto, algo o alguien, hacia el que van dirigidos.
Nuestras emociones y nuestros sentimientos nos abren al mundo, nos obligan a ponernos en contacto con él. Necesitamos a los otros para poder realizar un completo despliegue de nuestra vida afectiva, condición indispensable para lograr un pleno desarrollo personal.
Nuestra necesidad de los otros: Para ser verdaderamente humanos, tenemos que convivir con nuestros semejantes. Podríamos decir que uno no nace humano, sino que llega a selo por medio del contacto con otros seres humanos. La sociabilidad es una de las características de nuestra naturaleza, al igual que la racionalidad y la libertad. Nuestra capacidad racional necesita del lenguaje para expresarse y solo si vivimos en sociedad podemos aprender y usar ese lenguaje.
La supervivencia: Los seres humanos nacemos más desvalidos que otros seres vivos y necesitamos la protección de nuestros progenitores durante un largo período de nuestra vida.
La comunicación: en nuestro interior acumulamos informaciones, conocimientos, sentimientos, deseos, que necesitamos comunicar.
El aprendizaje: podemos aprender más y más rápido que cualquier otro animal, pero necesitamos quien nos enseñe.
El reconocimiento de la propia identidad: Tomar conciencia de nosotros mismos como seres singulares requiere reconocernos como miembros de una comunidad y tomar conciencia de que somos diferentes de los demás.
Las relaciones interpersonales: La relación que mantenemos con otros seres humanos no debe estar basada en el beneficio egoísta que podamos obtener de aquellos con quienes nos relacionamos. Debemos reconocer en el otro a alguien igual a nosotros, puede mostrar gustos e intereses distintos, pero tiene los mismos derechos. Las relaciones interpersonales tienen lugar en una gran variedad de contextos como la familia, los grupos de amigos, el matrimonio...
La complejidad de las relaciones interpersonales: Esta peculiaridad de las relaciones interpersonales las hace especialmente complejas y exige por nuestra parte altas dosis de empatía. Dos grandes categorías:
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