Las clases y las lecturas de Rogers me han hecho cuestionarme profundamente sobre lo que soy en mi vida y en la vida de otras personas; qué papeles juego en la vida y cómo los juego. Soy amiga, pero qué tan buena amiga soy; soy hija, pero qué tan buena hija soy; soy hermana, compañera, estudiante de psicología... pero ahora me percato de mi relación con los otros y de cómo esta impacta en vidas ajenas y en la propia, pero también me pregunto si ese es el impacto que quiero tener mediante estas relaciones. De igual manera me he dado más permiso de vivir y respetar mis sentimientos reales, ya que he pensado constantemente en que he llevado mi vida guardando y negando partes escenciales de mi y la verdad es que quiero dejar que se expresen, ya que si quiero permitir eso en otros, lo mejor sería empezar en mi. La clase de humanismo en general me ha retado, me ha hecho encararme conmigo y con todo aquello que no me gusta de mí. He encontrado una motivación para cambiar todo aquello que ya no cuadra con mi vida y así sacar lo más puro, genuino y humano de mi.