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AL ENCUENTRO DEL PADRE: (HERIDAS Y SUS IMPLICACIONES), MAGDALENA MEDINA…
AL ENCUENTRO DEL PADRE: (HERIDAS Y SUS IMPLICACIONES)
El padre herido:
Es el sentido interno de masculinidad. Es la imagen interna del padre.
Cuando un hombre dice que no puede querer a sus hijos porque a él no lo quisieron lo suficiente, es el padre herido con quien está luchando.
Hay tres aspectos de nuestra imagen del padre herido: 1) Unidos pero separables, 2) provocando heridas y 3) el hijo puede introyectar e internalizar imágenes y recuerdos distorsionados.
El padre herido como error de identificación:
El padre herido, internalizado, se basa en la experiencia que tiene el hijo acerca del padre, una mezcla de fantasía y realidad.
La ausencia, física o más comúnmente psicológica, complica la relación padre-hijo.
La ausencia del padre proporciona un terreno fértil para que el hijo tenga imágenes erradas de él.
La fundamental vulnerabilidad masculina reside en las fantasías y mitos para explicarse porqué él no está.
El hijo puede no sentirse lo suficientemente bueno como hombre frente a este padre exitoso y poderoso que no tiene tiempo para él.
La maldición de la paternidad es la distancia, y los buenos padres se pasan la vida tratando de superarla.
Tradicionalmente los hombres expresan el amor ejecutando, siendo prácticos y mostrando preocupación al proteger y proveer, pero al hijo esto le crea problemas para llegar a conocer a su padre.
El siempre sufrido padre
El padre herido reside en la expectativa de tener que vivir de acuerdo a los sacrificios que hizo el padre. Pagarle o llevar su carga. No hacerlo significa no cumplir con él y verse frente a su mirada triste y sufrida.
Ser un buen hijo significa: "trabajar duro y sufrir como papá".
La versión masculina: "Amar significa sufrir"
El padre santo o heróico:
El hijo adulto siente que jamás podrá llegar a ser como su heroico padre a menos que él también sea idealizado dentro de su familia.
Sus excesivas expectativas de adoración por parte de su familia pueden dejarlo muy vulnerable cuando trate de asumir un rol paterno realista y comprometido.
El padre secretamente vulnerable:
Lo que ocurre en muchos hijos de matrimonios tradicionales: aprenden a conocer a su padre a través de su madre, absorbiendo una imagen distorsionada del padre y de la masculinidad.
Debido a la secreta debilidad de los padres, la familia puede convertirse en un lugar muy incomodo para los hijos mayores, un terreno donde el padre nunca manejó realmente las cosas. Pasó del heroísmo externo a la tristeza y vulnerabilidad dentro del hogar. Hay una sombra emocional sobre toda la familia.
Los hombres que han crecido viendo padres debido y madres fuertes, pueden interpretar que la dinámica madre-padre significa que las mujeres son peligrosas, castradoras y destructivas.
El hijo puede llegar a temer lo que él ve como femenino, ya que "destruye" al hombre, lo hace débil, necesitado y desamparado.
El padre enojado:
Para el padre, el hogar es un desastre, pero el trabajo le da un sentido de grandeza que lo redime.
Muchos hombres idealizan a sus padres, los hacen más grandes que la vida, porque en algún momento se sintieron muy poderosos y ahora imaginan a un padre que los castigará por sus pecados.
Las violentas lágrimas del padre:
Los hijos a menudo intuyen la rabia oculta pero real del padre.
Muchos de nuestros padres no fueron hombres felices.
Muchos padres vivían la rabia y la depresión en secreto, frente al tradicional arreglo al que llegaban con sus esposas, exiliados de sus familias, consignados al mundo público del trabajo.
Muchos conflictos de los nuevos padres en torno a la paternidad nacen del miedo de convertirse en el padre enojado que llevaban en la cabeza.
Una especie de revancha transgeneracional, es cuando los hombres expresan la rabia oculta de sus padres frente a sus esposas e hijos, aún cuando estos hombres adultos están tratando de ser esposos y padres más nutrientes.
Muchos hombres niegan que el verdadero lenguaje de la intimidad pueda mantener bajo control las emociones.
El padre no es tan fuerte ni tan débil. Son dos personas que se combinan en una: poderosa y vulnerable.
En la vida adulta se presentan continuamente dos temas: El miedo a herir al padre o que él nos hiera, y el de búsqueda de y el rechazo al padre.
MAGDALENA MEDINA LÓPEZ