El valor de una persona depende de sus conocimiento respecto al Logos, consiste en un juicio sumamente arriesgado e injusto, particularmente porque Heráclito consideraba que el logos era analizado y obtenido por los sentidos. No obstante, es preciso destacar que los sentidos no son confiables, variando con cada individuo, y presentándose en diferentes proporciones. Así mismo, la información recopilada por los sentidos es procesada en concordancia a las experiencias. Por lo tanto, incluso si el logos, (autoconocimiento, inteligencia, ley, sabiduría...) es imprescindible para el correcto desarrollo humano, no define su valor, debiendo considerar otros factores de importancia como su calidad espiritual o conocimiento respecto a una materia específica.