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Legitimidad y legalidad en el Derecho - Coggle Diagram
Legitimidad y legalidad en el Derecho
En la filosofía política, la legitimidad se relaciona con la justificación del poder.
Existen 3 formas de dominación legítima: de carácter racional, tradicional y carismático.
La primera obedece las ordenaciones impersonales y objetivas establecidas, así como a las personas por ellas designadas. Por ello, sirvió de fundamento para el Estado de Derecho.
La segunda obedece a la persona del señor llamado por la tradición y vinculado por ella.
La tercera obedece al caudillo carismáticamente calificado por razones de confianza personal en la revelación, heroicidad o ejemplaridad.
Para Max Weber, la legitimidad es un requisito fundamental para lograr la dominación (encontrar obediencia dentro de un grupo para mandatos específicos).
No obstante, en un momento determinado es requerida también una legitimidad de ejercicio (que las decisiones de las autoridades políticas satisfagan determinados objetivos o valores).
Para establecer dichos objetivos, se tiene un consenso generalizado donde el determinante criterio minoritario debe conciliarse con el respeto a la libertad individual y de minorías; así como la conexión entre libertad e igualdad.
A su vez, la libertad previamente mencionada involucra una participación ciudadana constante en la toma de decisiones en las esferas de la vida política, dando lugar al Estado democrático del Derecho.
En cuanto a la Filosofía Jurídica, la legitimidad son los principios de justificación del Derecho; siendo así, esta cualidad permite expresar o no concordancia con un determinado sistema de valores.
Es importante destacar que en la segunda mitad del siglo XX se sigue buscando un sistema de valores para lograr la legitimidad de ejercicio. Llegando a 2 nuevos conceptos de justicia (Procesal o procedimental y justicia como teoría de los Derechos Humanos).
El primero es abordado por John Rawls, que sugiere determinar los principios de la justicia con la elección de los hombres racionales en una situación de igual libertad tras un velo de ignorancia, cumpliendo con 2 condiciones:
Las desigualdades deben favorecer a los menos aventajados y todos deben tener un derecho igual al más amplio sistema total de libertades básicas.
La teoría de los derechos humanos como concepción de justicia indica como valores principales libertad, igualdad, solidaridad y seguridad.
El primero habla de poder decidir qué o no hacer, el segundo sobre un trato legal igual y mismas oportunidades de realización, el tercero de inmunidad ante la arbitrariedad y el último sobre redistribución solidaria de los recursos que posee un grupo.
El Estado vive de su justificación. Cada generación, con psicológica necesidad, tiene que plantearse de nuevo el problema de la justificación o consagración del Estado.
Para lograr la legitimación del Estado, se requiere responsabilidad y transparencia; ya que la gestión transparente por parte de los poderes y administraciones públicas refuerza otros valores como imparcialidad, rigor, eficacia y eficiencia.
REFERENCIAS APA
Del Hierro, J. (2012).
Legalidad y legitimidad
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https://drive.google.com/file/d/1zrXTMDeSpJ3ot6VuZ_paczQAqxY43lR8/view?usp=share_link
Por su parte, la legalidad significa existencia de leyes y conformidad a las mismas de los actos de quienes a ellas están sometidos.
Durante mucho tiempo se asumió que la legalidad era el único requisito hasta que se consideró importante contar con legitimidad. Sin embargo, una corriente (modelo positivista de legalidad) indica que la legitimidad reside en la propia legalidad; puesto que la validez de un orden jurídico no depende de su conformidad con una norma moral aceptada.
A pesar de que Weber es un precursor, Hans Kelsen es su maximo exponente; pues para él "todo posible contenido puede ser Derecho; no hay comportamiento humano que como tal y por razón de su contenido no pueda ser contenido de una norma jurídica".
Para ambos, las pautas morales son deficientes para otorgar validez empírica a las normas producidas por órganos políticos, pues su simple validez legitima un orden jurídico.
La legalidad entendida como producto de la voluntad popular no implica la legitimidad, ya que el Derecho se corresponde con la justicia. Pero esta no es una verdad evidente, sino que coexisten distintas concepciones acerca de ella.
Entonces, la legalidad debe legitimarse para lograr una comprensión integral del fenómeno jurídico; de manera que esto permita connotar su validez, eficacia y legitimidad, rehuyendo cualquier posible reduccionismo.