Los testículos tienen dos funciones principales: la secreción de hormonas sexuales y la producción de esperma. Se forman dentro de la cavidad abdominal, y más tarde, durante el desarrollo del feto, migran a través del canal inguinal del abdomen al escroto. Al nacer, los testículos normalmente se encuentran en el escroto, pero en algunos casos uno o ambos no han descendido. Este problema, conocido como criptorquidia (que significa “testículo escondido”), afecta de 3 a 5% de los niños varones (Kollin y colaboradores, 2006). Por lo general, los testículos no descendidos se colocan en su lugar de manera espontánea en algún instante después del nacimiento. Sin embargo, si no han descendido a los seis meses de edad, la probabilidad de que bajen espontáneamente es pequeña