Hahnemann especifica algunas de las
cualidades humanas que debe cultivar el homeópata:
circunspección, tacto, conocimiento de la naturaleza humana, cautela y paciencia. Y Kent nos recuerda que para conocer al otro (al enfermo) antes uno debe conocerse a sí mismo." ... conocer bien el corazón humano es principalmente examinarse uno mismo o averiguar lo que son los impulsos propios, lo que uno mismo se vería obligado a hacer bajo diferentes circunstancias, que son los impulsos que debería uno controlar en sí mismo, a fin de llegar a ser un hombre." el Dr. Austin, maestro de Pierre Schmidt, decía que un buen médico debía siempre conseguir que su cliente riera o llorara en la primera consulta, para
constatar así que se incidía en su lado emocional.