Una persona emprendedora es lo opuesto a un conformista. Es alguien que no está contento con su situación actual y busca mejorarla. Tiene visión de futuro, busca oportunidades de cambio en sus comunidades, busca mejorar el entorno, corre riesgos, se fija metas, tiene capacidad de persuasión y, sobre todo, es alguien que pasa de la idea a la acción. Porque, en resumen, emprender es poner manos a la obra, es actuar, es moverse, es cambiar.
Mucho se ha hablado de que una persona emprendedora es alguien que tiene una idea de negocio, pero, en realidad, es alguien que implementa una idea, sea de tipo empresarial o no. Este debate se deriva del origen de la palabra entrepreneur, que tradicionalmente se piensa que proviene del inglés, pero que en realidad proviene del francés, idioma en que significa, literalmente, empresario. Si bien se utilizan como sinónimos, en español ambos términos no significan exactamente lo mismo.