No obstante, se debe tener en cuenta que los acrónimos lexicalizados —las siglas que por su carácter pronunciable se han incorporado al léxico general como nombres comunes o propios— se someten, como cualquier otra palabra, a las reglas de acentuación gráfica; por lo tanto, llevarán tilde cuando les corresponda, tanto si se escriben en minúsculas como si aparecen enteramente en mayúsculas: Intermón, INTERMÓN, módem, MÓDEM, euríbor, EURÍBOR. Como es natural, al haber abandonado su condición original de siglas, se regirán por las normas generales de uso de mayúsculas y minúsculas, es decir, solo se escribirán enteramente en mayúsculas por las mismas razones que el resto de las palabras.