El primero en usar la palabra “geología” fue el naturalista italiano Ulisse Aldovrandi (1522-1605). El término se compone de dos vocablos griegos: Geo, “tierra”, y Logos, “estudio, razón”.
Al principio, se la propuso como la ciencia que estudiaba los fósiles, entendidos como los minerales y las rocas. Este estudio se hizo necesario porque ya en el siglo XVII empezaban a demostrar sus enormes capacidades industriales y energéticas.
En 1661 Robert Lovell (1630-1690) escribió su “Historia Universal de los minerales”, en donde se empleaba este término. Desde entonces empezó a usarse definitivamente con el sentido actual.
El surgimiento de esta ciencia fue fundamental para datar la edad estimada de la Tierra. Al demostrar que era millones de años más antigua de lo que la Biblia y la Iglesia sostenían, dio un duro golpe a la mentalidad religiosa, enemistada con el racionalismo imperante desde el siglo pasado.
Además de su peso social e ideológico, los descubrimientos de la geología impactaron en otras ciencias. Por ejemplo, que la publicación en 1830 del libro Principios de geología de Charles Lyell influyó incluso en las teorías de Darwin.