1. La parábola de los dos hijos. La ilustración pone en contraste lo que se dice y lo que realmente se hace. La sinceridad debe ser siempre juzgada por las acciones, así los publicanos y rameras demostraron mas sinceridad que los dirigentes judíos. 2. La parábola de los labradores homicidas. La viña simboliza la nación, el dueño es Dios, el fruto apetecido representa la justicia y rectitud, y los otros detalles como el cerco, el lagar y la torre indican el esmero que pone el dueño para que se produzca el fruto. En la parábola, los viñadores son los dirigentes religiosos, los cuales persiguen a los profetas y finalmente matan al Hijo de Dios. 3. La parábola del banquete nupcial. Se describe el reino de Dios como una fiesta de casamiento, en el que ofrece a los hombres el sumo gozo de la comunión con el Rey divino. Sin embargo, los súbditos (los judíos) lo rechazan, demostrando falta de afecto, de lealtad y de alianza con su monarca. Entonces los siervos del rey deben invitar a nuevos huéspedes (los gentiles) sin hacer distinciones. Sin embargo, en el día del juicio, no todos los "llamados" habrán cumplido los requisitos para disfrutar de las bendiciones del reino mesiánico. Muchas personas en la actualidad desean participar sin vestirse de la justicia de Cristo que uno recibe por fe, sin recibir un nuevo corazón, y sin tener la santidad de vida. Tales personas no podrán responder cuando se hallen ante la augusta presencia de Dios.